miércoles, 24 de octubre de 2012

EL AMOR FIEL DE DIOS


"Constantemente contaré que tú eres fiel" (Salmo 88,1). Así canta el salmista evocando la persistencia y la vigencia de la Alianza de Dios con Su Pueblo, a pesar de sus errores y equivocaciones. Apela repetidamente al amor y a la fidelidad del Señor, puestas a todo prueba: "Proclamaré que tu amor es eterno; que tu fidelidad es invariable" (Salmo 88,2)

 Éste es un bello texto que ilustra el Amor Fiel de Dios, un amor inquebrantable a pesar que abandonamos las enseñanzas y las instrucciones de Dios. Que muchas veces, incumplimos nuestras promesas hechas a Él: cuántas veces hemos dicho "Señor, continuaré en tu camino" ó "Señor, continuaré en la comunidad de hermanos que me has regalado" o simplemente "Señor, toda mi vida te serviré".

Lo bello de todo esto (y que no nos sirva a manera de justificación), es que Él nunca nos deja de amar: "No te dejaré de amar...ni faltaré a mi fidelidad hacia ti" (Salmo 88,33).  ¡Y es que los juramentos de Dios, expresan una decisión ETERNA que nada podrá cambiar!

Hablar del Amor de Dios, es decir que Su Amor es Eterno: semejante al de una madre por sus hijos, a la pasión de un hombre por una mujer: una fidelidad sin defecto. El Amor de Dios nunca nos ha abandonado, así las apariencias de la vida nos engañen: ""Sión decía: El Señor me abandonó, mi Dios se olvidó de mí. Pero, acaso una madre olvida o deja de amar a su propio hijo? Pues aunque ella lo olvide, yo no te olvidaré. Yo te llevo grabada en mis manos, siempre tengo presentes tus murallas" (Isaías 49,14-16)... El Señor nos lleva tatuados en sus manos. Si el Amor de una madre es grande, imagina la grandeza del Amor de Dios!

¡Tu Fidelidad Señor es Grande!


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