martes, 20 de noviembre de 2012

LA CALIDAD DE VIDA DESDE LA PERSPECTIVA DE DIOS. Segunda Parte.


La calidad de vida para Dios, va mucho más allá que el sólo bien material. "Todos los que tengan sed, vengan a beber agua; los que no tengan dinero, vengan, consigan trigo de balde y coman; consigan vino y leche sin pagar nada. Por qué dar dinero a cambio de lo que no es pan? Por qué dar su salario por algo que no deja satisfecho? Óiganme bien y comerán buenos alimentos, comerán cosas deliciosas" - Isaías 55:1-2

Cualquiera creería que en las naciones con mayor calidad de vida, hay más satisfacción con la propia vida. Y sabe bien que las tasas de suicidio en dichos lugares es elevada... el versículo anterior nos explica muy claramente la razón: tienen abundancia material, pero no son saciados. Con Dios ocurre, que podemos recibir bendiciones materiales (incluso), pero recibimos una plenitud más allá de toda medida: calmamos nuestra sed, nuestra ansia de Dios, pues no hay mayor sed que la necesidad de contacto con el Señor. Calmamos el hambre, pues no hay mayor hambre que experimentar la Voluntad de Dios actuando en nuestras vidas, pues "…Él apaga la sed del sediento y da abundante comida al hambriento" - Salmo 106:9 - 

No existe la menor posibilidad de entrar en una sana relación con Dios y quedar defraudado. "Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría" - Salmo 62:5 - 

La Calidad de Vida para el Señor es la plenitud total de la existencia, más allá de lo material. Es la experiencia genuina de completud, paz y armonía del ser. Es una necesidad, casi una obligación para nosotros aspirar a esa condición de vida que sólo Él puede dar. 

Sólo cuando nuestro pensamiento éste impregnado totalmente por el deseo de Dios, en ese momento tendremos la Calidad de Vida que anhelamos. 

Te invito a orar con ésta canción. 


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