Habacuc
3
Dios Habla Hoy (DHH)
17…me llenaré de alegría a causa del Señor mi
salvador. Le alabaré aunque no florezcan las higueras ni den fruto los viñedos
y los olivares; aunque los campos no den su cosecha; aunque se acaben los
rebaños de ovejas y no haya reses en los establos. 19 Porque el Señor me da fuerzas; da a mis piernas la
ligereza del ciervo y me lleva a alturas donde estaré a salvo.
Muchas veces nos hemos preguntado que es la alegría, y
dentro de nuestras definiciones nunca cabe la posibilidad que se posea en medio
de dificultades. ¡Qué fácil es alabar al Señor cuando todo a nuestro alrededor
da frutos! ¡Qué fácil es alabarlo cuando nuestros campos revientan en cosecha,
cuando el éxito y las grandes oportunidades tocan nuestra puerta!
En lo más sutil de este salmo, aparece una revelación: la
fuerza viene del Señor, cuando se alaba en tiempos de desolación. El Señor da
fuerzas, y lleva a alturas donde estaremos a salvo. Pero esta promesa está
precedida, una vez más, por la alabanza. Una alabanza que no dependa de nuestro
estado de ánimo.
Te invito a alabar al Señor desde estos sentimientos. No
alabes al Señor solamente cuando tengas ganas de hacerlo y todo vaya bien. ¡No
ceses de alabar al Señor para que termines victorioso!
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