Al avanzar en los caminos de Dios, aprendemos a entender que casi todas las ventajas son para nosotros mismos. Muchas personas piensan, erróneamente, que buscando a Dios, satisfacen el "miedo a la soledad" que pudiera sentir el Señor. Creemos que estamos haciéndole un favor a Dios si lo buscamos. Nada más alejado de la realidad!
Cuando buscamos al señor, recibimos cuatro grandes regalos:
- Alegría. "Pero que todos los que te buscan se llenen de alegría" (Salmo 39,16).
- Jamás defraudados. "Los que miran al Señor quedan radiantes de alegría y jamás se verán defraudados" Salmo 33,5
- Siempre satisfechos. "…Pongan toda su atención en el reino de los cielos y en hacer lo que es justo ante Dios, y recibirán también todas [las cosas que necesitan]". Mateo 6,33. Nunca estaremos con la sensación de quedar con faltantes o con deficiencias.
- Jamás abandonados. "…los que te conocen, confían en ti, pues nunca abandonas a quienes te buscan". Salmo 9,10
La próxima vez que pienses que le haces un favor a Dios al buscarlo, recuerda que buscar a Dios nos beneficia a nosotros mismos.
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