viernes, 21 de diciembre de 2012

¿CONFÍAS REALMENTE EN EL SEÑOR?

En el Salmo 32 (el que nos propone la Liturgia Católica el día de hoy), podemos encontrar una salva de promesas bellísimas y que son también promesas para éste Adviento (próximo a culminar). 

He querido compartir contigo, sólo algunas de estas promesas que están desde el versículo 16 al 22: "Ningún rey se salva por su gran ejército, ni se salvan los valientes por su mucha fuerza; los caballos no sirven para salvar a nadie; aunque son muy poderosos, no pueden salvar. Pero el Señor cuida siempre de quienes lo honran y confían en su amor, para salvarlos de la muerte y darles vida en épocas de hambre. Nosotros confiamos en el Señor; ¡él nos ayuda y nos protege! Nuestro corazón se alegra en el Señor; confiamos plenamente en su santo nombre. ¡Que tu amor, Señor, nos acompañe, tal como esperamos de ti" (v. 16-22)

Cuan maravilloso es saber que el señor está cerca de nosotros para salvarnos en épocas duras y difíciles. Como hemos dicho antes, una las condiciones para éste cuidado del Señor es honrarlo y confiar en su amor. 

Pero el cuidado que Él nos ofrece no es un cuidado intermitente ó periódico; la Palabra dice que Cuida Siempre. Él no vacila en Su cuidado. El nunca se descuida con aquellos que lo alaban y confían en Él.

Por eso de la confianza al Señor nace nuestra alegría y nuestro gozo. Sólo aquél que confía en el señor puede gozarse realmente en su presencia.

Nota que el salmo comienza diciendo que a pesar de cualquier medio que se tenga a la mano, nunca será suficiente si no se confía en el Señor. La confianza en el Señor es decisiva para el éxito en cualquier proyecto que se emprenda. De manera que si no hay éste requisito aunque tengamos los mejores medios disponibles, fracasaremos en cualquier intento de éxito.

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