domingo, 3 de marzo de 2013

¿EN QUÉ SE PARECE LA MEDITACIÓN Y LA PREOCUPACIÓN?


REFLEXIÓN. Alguna vez, leí a un autor definir "la meditación" con una interesante pregunta: "usted ha tenido alguna vez preocupación?, entonces, usted sabe meditar". 

Meditar, es precisamente eso: traer a la mente, de forma recurrente una idea y hacer que ella penetre poco a poco el corazón. 

Uno de los más grandes secretos del crecimiento espiritual es mantenernos en la presencia de la Palabra del Señor: "Feliz el hombre... que pone su amor en la ley del Señor y en ella medita noche y día" (Sal 1,1-2).

No es sorprendente que la felicidad pueda venir de algo que solo requiere de un poco de constancia y dedicación, como lo es la lectura y meditación cotidianas de la Palabra del Señor? Cuando desarrollamos éste poderoso hábito, nuestra vida comenzará a sufrir una gran transformación, pues cierto es que la Palabra de Dios es como "espada de dos filos que penetra lo profundo del corazón". El poder transformador de la Palabra, hecha meditación, cuál gota de agua que va penetrando una dura roca, que poco a poco, va tocando las fibras más íntimas y va ablandando, aquellos aspectos de la vida que parecen más petrificados y anquilosados. ¡Haz la prueba ahora!

TAREA DEL DÍA. Te invitamos a meditar, durante tres veces en este día el Salmo 51 (50). 

OREMOS JUNTOS. Dios Nuestro, fuente de toda bondad y misericordia, que nos otorgas un remedio para nuestros pecados por el ayuno, la oración y la limosna, recibe con agrado la confesión que te hacemos de nuestra debilidad y ya que nos oprime el peso de nuestras culpas, levántanos con el auxilio de tu misericordia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén. 

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