miércoles, 12 de febrero de 2014

¿Por qué no soy feliz en lo que hago?


Santiago 1:22-25. "Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. El que solamente oye el mensaje, y no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo: se ve a sí mismo, pero en cuanto da la vuelta se olvida de cómo es. Pero el que no olvida lo que oye, sino que se fija atentamente en la ley perfecta de la libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella manda, será feliz en lo que hace"

Antes, habría que preguntarse ¿de qué sirve decir que somos "espirituales", cuando no perfumamos nuestro propio ambiente de la presencia del Señor? es difícil, ser tan santo y tan perfecto como otros lo esperan... 

Pero, ¿qué es lo qué pide Dios? Nos pide que procuremos ser mejores todos los días. Nos quiere ver felices y ésta felicidad solo es alcanzable por la obediencia a Su Palabra; nos pide que en honor a la verdad, y sin engaños, profesemos que somos creyentes, y lo demostremos con nuestros hechos.

Propongámonos todos los días, volvernos más obedientes a su Palabra, para que obtengamos la promesa que el apóstol nos hace: "ser felices en lo que hacemos". 

La pregunta, suena obvia después de considerarlo, pero, ¿por qué no somos felices en lo que hacemos? (valga la redundancia...)

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